La obra está ubicada en la zona sur de la ciudad, precisamente en el barrio Parque Patricios, barrio que está siendo promovido como polo tecnológico por el gobierno de la ciudad. Esto motivo al cliente a aprovechar esta condición que el barrio ofrece para constituir un edificio que se desdobla con dos volúmenes, su hogar y una oficina para su empresa. Ambas edificaciones tienen puntos en común, decisiones constructivas y materiales, sin embargo también se visualizan fuertes contrastes formales. A su vez ambas edificaciones cumplen con condiciones sustentables: fachada ventilada, reutilización de agua de lluvia, OSB como revestimiento.

La oficina procura ofrecer cierta dinámica en materiales y formas, su heterogeneidad de materiales subyace bajo la homogeneidad de sus tonos oscuros de su color. La dinámica de la fachada producto de una operación formal busca generar una simpleza funcional en su acceso y a la vez lograr abrir las visuales en dirección lateral hacia sus vecinos de altura más bien baja. La fachada comprende una paleta de dos materiales, chapa y ladrillo, recortados ambos como si fuesen uno negativo del otro.

En la edificación de la vivienda unifamiliar, por el contrario, la operación es simple y contundente. Es un volumen de hormigón armado sin apoyos intermedios, motivando la libertad de visuales en todo el ancho del lote. Este esfuerzo estructural tiene por objeto lograr cierta ingravidez en sus elementos, la cual queda manifiesta en elementos como la escalera y el balcón, ambos suspendidos.

El muro curvo y macizo de su fachada, construido en ladrillo común color oscuro (fachada al patio interior), se opone a la línea frontal vidriada de su fachada (al jardín).

El proyecto muestra un contraste formal, resultado de dos usos muy diferentes. A pesar de ello existe un diálogo de materiales y tonos cuya finalidad es la homogeneidad de criterio entre ambas edificaciones.